¿Y cómo empezó este antojo?
Todo comenzó con un antojo callejero y el sueño de compartir algo diferente en el corazón de La Lagunilla. Lo que empezó en el tianguis se convirtió en una parada obligada para los que saben de buen diente. Y sí, seguimos con la misma receta de barrio, sazón de casa.
Historia
Las Baguettes de la Lagunilla
Una historia de sabor, lucha y legado.
Todo comenzó en el corazón de un tianguis, entre voces callejeras y el olor a comal caliente. Jaime Isidro Martínez, un hombre de mirada inquieta y alma viajera, no imaginaba que una necesidad tan simple como alimentar a sus empleados de manera económica encendería la chispa de algo mucho más grande.
Inspirado por sabores que descubrió en sus recorridos por el mundo, comenzó a preparar tortas caseras con recetas propias, con ese toque casero que solo da el amor por lo bien hecho. Lo que empezó como un gesto interno pronto se convirtió en espectáculo: los aromas que salían de su improvisada cocina en el tianguis de la Lagunilla captaban la atención de vecinos y peatones, que curiosos se acercaban a preguntar por ese misterioso manjar.
Fue entonces cuando Jaime entendió que tenía entre manos algo especial. Decidió reinventar la tradicional torta, cambiando la telera por una baguette crujiente y elaborando aderezos únicos que marcarían la diferencia. Así nació el concepto: “Las Baguettes de la Lagunilla”.
Con el éxito creciendo semana a semana —y con un puesto que solo abría los domingos— los clientes comenzaron a pedir más: un lugar fijo, un espacio donde pudieran saborear esas delicias cualquier día. El 14 de octubre de 2008, se abrió la primera sucursal en Fundidora de Monterrey #100, Ciudad de México. Era el primer paso de algo grande.
Pasaron diez años para ver la segunda sucursal en la Nueva Santa María. Luego, en julio de 2019, el sueño se expandió al Centro Histórico con una tercera ubicación en Bolívar #45. Pero entonces llegó lo inesperado: la pandemia.
La ciudad cerró. Las puertas de la tercera sucursal también. Lo que parecía ser el final, se convirtió en el inicio de un renacimiento. La familia se unió, trabajó con el corazón en la mano, y logró abrir una nueva sucursal en plena pandemia, esta vez en la Colonia del Valle, funcionando únicamente con servicio a domicilio.
Y así, como un acto de fe y resistencia, el 14 de febrero de 2021 se abrió la sucursal de Impulsora en Nezahualcóyotl, Estado de México —la primera fuera de la capital.
Lo que siguió fue una cadena de aperturas que marcaban no solo crecimiento, sino una revolución culinaria:
•Vallejo (10 de mayo de 2022), con capacidad para 100 comensales
•Coapa (noviembre 2022)
•Balbuena (27 de julio de 2023), la más reciente
Más de dos décadas después, Las Baguettes de la Lagunilla no es solo una marca: es una historia de esfuerzo, de sazón, de familia.
Una leyenda urbana nacida en el caos de la ciudad, convertida en un imperio del sabor, sin competencia que la detenga.
Y todo comenzó con una simple intención: dar de comer bien… a los suyos.

















Crujientes por fuera, irresistibles por dentro… ¡Así son las baguettes de La Lagunilla!
Cada mordida es un viaje de sabor: pan recién horneado, ingredientes al gusto y ese toque callejero que solo encuentras aquí. Ya seas de antojo rápido o de hambre brava, nuestras baguettes están listas para conquistarte. Pide la tuya y déjate llevar por lo mejor del sabor lagunillero.
Poneles cara a los que hacen magia en la cocina
Detrás de cada baguette, hay un equipo con mucho sazón y corazón.



